No me parece mal siempre y cuando no genere un sentimiento de spoiler.
Me explico: una cosa es haber leído tal o cual novela del mundo donde juegas, saber que ese mago al que le hablas es la hostia y que debes tratarlo con respeto... y otra totalmente distinta es saber cómo colarte en su sancta sanctorum para robarle objetos mágicos porque sabes exactamente por dónde ir y las palabras mágicas a utilizar para abrir puertas mágicas y desactivar trampas. Y creerte con derecho a hacerlo.
Soy malo en Star Wars y convenzo al Gran Moff Tarkin de que destruya Tatooine en vez de Alderaan. O que visitemos Dagobah. Porque sí. Si tienes la connivencia del máster y la campaña va de eso (lo que llamábamos in illo tempore un "destruye tus ídolos"), pues sí. Pero si no, pues no.
Pues no.
Por contra, que el jugador conozca el entorno y la ambientación favorece el roleo, la supresión de la incredulidad y, si además le gusta ese entorno, pues la implicación dentro de la partida. Pero que su jugador se aproveche de ello, mejor que no.
Si son cosas pequeñas como "eh, ya que estamos en Bree tomemos algo en el El Poney Pisador, ¡que sirven la cerveza en pintas!" pues por mí genial.
Si son cosas pequeñas como "eh, ya que estamos en Bree tomemos algo en el El Poney Pisador, ¡que sirven la cerveza en pintas!" pues por mí genial.
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