martes, 17 de mayo de 2016

Sistemas de Juego: Esos grandes incomprendidos (I)

Cuando me encuentro a alguien que me dice "ese sistema es una mierda" (no miro a nadie, Mosquetero), me entra un repelús enorme. Es visceral, es inconsciente y es repentino. Lo detesto. 

En mi vida habré creado lo menos unos 40 ó 50 sistemas de juego, algunos mejores y otros peores; pero sé el esfuerzo que puede requerir y las ganas que le pones. A veces no quieres que sea el Sistema Definitivo, te vale con que funcione, pero hay gente que parece que busca la Teoría Unificada del Rol en cada sistema que juega. Y yo opino que no podremos llegar a esa Teoría, que seguiremos con una Teoría Cuéntica y otra de Rolatividad General.


Primero vamos por partes: a grandes rasgos podemos diferenciar entre Ambientación y Sistema, donde Ambientación es todo aquello que envuelve a los personajes de una historia (lugares, acontecimientos, personajes no jugadores, objetos...) y Sistema la aproximación reglada que hace que todo ello interactúe entre sí (un Pnj salta una verja, estalla una tormenta en tal localización, el Rey de tal sitio ha sido depuesto) o que haya actos de juego desde la mesa de jugadores que puedan modificar la Ambientación (un Pj ataca, un Pj busca, un Pj hechiza...).

Definiremos Actos de Juego como cualquier acción que un jugador pueda llevar a cabo con su personaje que requiera una mecánica determinada que pueda modificar el marco de la ambientación con respecto al que en ella se encuentra.

Ejemplos: Mato a un enemigo. Desarmo una cerradura para entrar en un lugar. Convenzo al rey de que merezco ser caballero del reino. Salto un muro para colarme en el templo. 

La Ambientación puede depender o no del Sistema, y el Sistema puede depender o no de la Ambientación. Pero es muy común que se hagan Sistemas específicos para determinadas Ambientaciones. Pero lo que también se hace es crear Sistemas Genéricos que se pueden enmarcar en casi cualquier Ambientación con ligeras modificaciones.

Ejemplos:
Traveller tiene un sistema propio desde los '70. Eso no quitó que GURPS hiciera su modelo para ese juego en los '90 y Mongoose hiciera lo propio en los 2000. La Ambientación es más o menos la misma, pero los Sistemas distintos y particulares. Y funciona.
En la línea tenemos D&D, con unas ambientaciones que fueron evolucionando con hasta 5 ediciones del sistema original publicadas.

BRP: El Basic Role-Playing salió en el '80 como sistema unificador, y realmente lo fue: poder decir que juegas a Runequest (Fantasía), Cthulhu (Terror), Future World (Sci-Fi) y al Superworld (superhéroes) con el mismo sistema es algo de admirar para esa época. Mismo sistema (adaptado) para múltiples marcos de juego. 
Posteriormente GURPS y D20 de Wizards serían el culmen hasta ahora de este ejemplo.

Bien, dicho esto tenemos que hay juegos con unas Ambientaciones determinadas que no cuadran con el Sistema que se ha implementado para ellos. Ejemplo bestia: MERP.
Me encanta MERP, soy fan de MERP y defenderé MERP siempre. Pero el Rolemaster para novatos  que es MERP no es un sistema propicio para Tierra Media. En ese sentido el paso de los años y El Anillo Único han dejado a MERP muy tocado, y casi reservado para fans y curiosos. 
En Tierra Media no hay magos por todas partes, no hay elfos por todas partes y no hay hobbits por todas partes. No hay hechizos como los de las eternas tablas de MERP, ni woses en la Comarca. Lo siento, pero opino que el sistema de adaptó mal a la ambientación.

Pero... ¿es un sistema absurdo? ¿obsoleto? ¿una mierda? Yo creo que no.
Rolemaster es un sistema que tiene un problema de imagen: las tablas y el dado tan grande (grande porque suma; si fuera a la baja como en BRP no sería para tanto). Para mí, que lo empecé a dirigir con 14 años nunca supuso un problema, pero hay gente a la que le molesta sumar decenas y centenas. Lo entiendo, puede no ser cómodo.
El sistema es bien sencillo: tiras 1d100 y lo sumas a un bono. Si ese bono supera una dificultad, normalmente tienes éxito, a veces mejor de lo que te proponías. Si no tienes éxito, completas parte de la tarea (un tanto por cien de la misma) dependiendo de la tirada que hayas sacado (eso pasa en FATE y en los Powered by the Apocalypse, por ejemplo; en los que fallando a veces consigues tu acción). Si lo haces muy mal, pues puedes pifiar, claro.

A veces hay terrores, venenos o daño mágico que deben ser superados en una Tirada de Salvación (como en D&D y BRP, por ejemplo).

En combate lo que haces es aplicar un daño dependiendo de la tirada. Como en BRP, pero en una única tirada, no en ataque y daño. Si la tirada ha sido lo suficientemente buena, tiras en una tabla de Críticos (no tiras doble daño ni cosas por el estilo que muchas veces carecen de efecto real... En D&D si sacas un crítico con tu arco de 1d10+1 de daño contra un dragón de 300 Pgs... ¿ocurre algo? En Rolemaster quizá lo mates de 1 golpe, como Bardo el Arquero).

El sistema de lucha permite restar parte del bono ofensivo para aumentar la defensa (¿juegos que permitan hacer esto había/hay muchos?), y tiene reglas de críticos espeluznantes, desde hemorragias que te condenan a morir seguro en unos 5-6 asaltos, pero sigues luchando a muerte para defender a tus amigos (¿juegos que permitan epicidades de este nivelazo?), o pérdida de miembros, rotura de huesos, o impactos de muerte inmediata. 
De los Críticos sólo veo el error de haber dado un golpe mortífero en la tabla de Daño y un daño birrioso sin más en la de Críticos. Es la pega que le encuentro.
Vale, no hay puntos de destino, ni puntos Fate, ni nada por el estilo. Si te comes un Crítico E, te lo comes y punto. Y dan igual los 140 puntos de vida que tengas: la Montaña te agarra cuerpo a cuerpo y te aplasta en cráneo, Martell... pilla otra hoja de pj.

Realmente, si le quitas las tablas de críticos y pifia, y las de daño, y divides todo entre 5, Rolemaster tiene un nombre: Sistema D20.
Revisemos: 
1.- Características que te dan unos bonos, que se modifican según tu raza.
2.- Habilidades basadas en el bono que te dan las características
3.- Puntos por profesión que puedes invertir  para aumentar las habilidades
4.- Sistema de niveles que abre nuevos poderes

¿Ventajas sobre el D20? 
-Las habilidades las aumentas a gusto, incluso en ataque (en D20 el ataque aumenta sólo con ítems, dotes o leveleando).
-Las habilidades de profesión aumentan siempre (un +1, un +2, pero siempre)
-Un pj inicial puede ser un muy buen guerrero, montaraz o ladrón en nivel 1, y batirse con enemigos superiores y sobrevivir. 

¿Desventajas?
-Más mortífero. Pero como BRP, o Interlock, sin ir más lejos.
-En vez de tener 7 en Advertir/Notar tienes 35 en Percepción.
-Si tu ataque es de 138 y su defensa de 25, pues tu ataque final es 113, haces 15 de daño contra su cuero endurecido y un crítico B de corte. Tienes suerte en el crítico y le cortas la femoral, haciendo que pierda 10 pv por asalto... Si tu tirada es 20, +4 de tu ataque es 24, y su armadura es 15, eso es un crítico (si uso el sistema de amenaza debo tirar de nuevo e impactar para que haya crítico), que con tu espada de 1d8 (tiras 2d8 al ser crítico) y bonos hace un total de ¡5 de daño! El bicho tiene 50 así que sigue picando, que ya caerá a base de tus críticos. (Anécdota: yo llevaba años jugando a MERP antes de jugar mi primera partida a Ad&d; cuando saqué un crítico contra un ogro me ilusioné, pero al ver que no era para tanto perdió todo su chiste para mí... Deberían llamarlo "golpe decente", porque Crítico se le queda grande).

Resumiendo: si quiero buscarle las cosquillas a un sistema, y más a uno como Rolemaster, no dejaré títere con cabeza, pero no porque está obsoleto o es absurdo, no: es complejo, tiene su público y punto. Ningún sistema de juego pasaría un rasero con la mirada torcida y ganas de crítica destructiva; todos tienen mucho que roer, fallos claros y errores que pueden desequilibrar una partida. Todos. 

¡PERO NOS ENCANTAN!

Desde el Runequest con sus momentos de reacción, pasando por el Ad&d con sus tiradas bajas para esto, altas para aquello y porcentuales para lo otro; el Traveller donde te mueres antes de empezar; el Interlock con sus locas Iniciativas; Ars Magica con su Gran Campaña de Hacerte un Pj; Mundo de Tinieblas con sus tiradas de 13 dados a dificultad 7 y resultados de 6 o menos en todos (y cara de tonto, claro); el 5% eterno de pifiar en D20...

Lo que hay que tener es un mínimo de humildad, reconocer la grandeza de los diseñadores que se rompieron la cabeza haciéndolos, y no tildar ese trabajo que muchos todavía disfrutamos como absurdo o una mierda simplemente porque no te guste o no lo entiendas.

Por hoy me vale. Otro día sigo con Rolemaster y otros sistemas incomprendidos. 

PS: Este post no es una crítica destructiva al D20, ojo. Pero el agravio comparativo parece que siempre le cae al Rolemaster por ese lado. El D20 es un muy buen sistema que ha dado, da y dará horas y horas de diversión. A mí y a otros.

ACK/Symbaroum: Arena y felinos

Atravesaron el portal y estuvieron durante horas perdidos. Creyendo que no podrían usar el portal de vuelta, avanzaron a través de una tormenta abrasadora de arena como el que ha quemado los puentes tras él: con desesperada esperanza.

Encontraron unas ruinas y se pusieron a cubierto dentro, heridos, quemados, deshidratados. Sólo Lámorak, que había acumulado cierto resentimiento hacia unos, según él, desagradecidos compañeros (sus compañeros empezaban a considerarlo un loco de los dioses y algo psicópata, pero eso son puntos de vista) aguantaba entero. Salía abandonándolos durante horas, explorando el terreno bajo la tormenta, buscando algún lugar hacia el que avanzar. Incluso, mientras Othar descansaba junto a un Ahnvae víctima de un severo golpe de calor, Lámorak se las ingenió para robar la daga-murciélago (que él consideraba un artefacto impío). 
En su convalecencia, Ahnvae sufrió terribles pesadillas, todas relacionadas con un ente vendado que le robaba el alma. 

Remitida la tormenta y recuperado el elfo Ahnvae, avanzaron hacia lo que parecía un pueblo. Resultó estar poblado, pero por unos seres extraños que no conocían otra lengua que maullidos y ronroneos: eran gente-gato.
Tardaron un poco, pero al final congeniaron. Desde el pueblo de la gente-gato se veían otros pueblos formando una especie de círculo (tan sólo puntitos de luz en la noche) y, en el centro equidistante a todos esos pueblos, una inmensa pirámide invertida que flotaba a unos treinta metros en el aire. La base era cuadrada y miraba al cielo, y el vértice inferior estaba forrado en algo brillante y dorado.

Descubrieron que en el pueblo había un portal menor, pero sin "tres en raya" o "activador" alguno. Se abrió estando ellos en el pueblo, pero tan sólo pudieron ver cómo entraba un trineo de arena con forma de vagón cargado de odres de agua, alimentos y hierbas antes de que se cerrara.
Una de las hierbas, la más presente, la había usado el elfo Othar para destilar pociones de curación gracias a su magia y su conocimiento de alquimia. Había descubierto sus propiedades calmantes, pero una noche vieron que la gente-gato la usaba para dormir muy profundamente. 
Y no despertar jamás.

Una de las gatas había bebido el preparado con esa hierba, había dormido, y se había despertado totalmente consumida, con la carne y la piel seca. Relacionaron con los acontecimientos de Walkenburgo y dedujeron que así era el modo en que el señor de este lugar, que no podía ser otro que Óphir, se alimentaba: a través de los sueños, consumía a los gatos.

Una de las noches sufrieron el ataque de unos seres enormes, como esqueletos de gigantescos humanoides. La gente-gato agradeció su ayuda con gestos sinceros, pero los tres amigos sabían que el ataque era por su culpa: era hora de visitar la pirámide.


Ésta se iba haciendo cada vez más grande ante sus ojos, y cada vez más inalcanzable... ¿cómo demonios salvar la altura de 30 metros hasta el vértice inferior?

Ahnvae frunció el ceño. Aquéllo no los frenaría. Sabía que el "Palo" hacía cosas, tenía poderes, llamaba a la gente y hacía crecer la hierba. Pues a ello.

Y clavó la espada de madera en la arena bajo la pirámide de Óphir, y sucedió que aquel gesto con la espada marcaba la historia de la misma: toda su corta existencia confluía en aquel momento y lugar: la hierba brotó como loca alrededor, surgiendo de la arena y lanzándose hasta los pueblos como una ola verde. Y no sólo hierba: árboles, matorrales, arroyos.
La espada creció en tamaño, transformándose en un enorme árbol que creció a toda velocidad e impactó de lleno contra la pirámide, haciendo un agujero en su parte inferior.

Los amigos se miraron, miraron arriba, se volvieron a mirar. Asintieron. 

Y comenzaron la escalada.

lunes, 16 de mayo de 2016

ACK: Huyendo y Contraatacando (resumen a machete desde marzo)

Othar y Lámorak fueron arrastrados por la corriente subterránea, cayendo en un pozo profundo del que salieron a duras penas y al cabo de varias horas.

Por otro lado, Ahnvae despertó en una jaula de juncos, colgando a unas 20 varas del suelo. Su jaula hacía un semicírculo junto con otras, a distancias equivalentes, todas mirando a un gran árbol ante el cual estaba la criatura astada y seres humanoides vestidos con túnicas cerca de una roca lisa ensangrentada. Sus armas no estaban, pero no carecía de recursos. El las jaulas de alrededor, otras víctimas (gentes de Walkenburgo), resignadas al sacrificio ritual.

Consiguió salir de la jaula, justo cuando también llegaban sus dos amigos, que hacían descender la jaula (¿cómo? os preguntáis. Ahnvae también). La criatura había desaparecido para entonces, y el mandoble de Lámorak y la espada curva de Othar cortaban cultistas por igual. Ahnvae consiguió recuperar su daga-murciélago y descubrió extrañas capacidades en ella (como clavarla en un enemigo, absorber su vida y, mágicamente, curarse con la energía robada). Por otro lado, su espada de madera estaba de pie en el suelo, enraizada al mismo. Othar y Lámorak habían encontrado el camino hacia su amigo siguiendo un rastro de hiedra que los guiaba desde el río al bosque... descubrieron finalmente que era la espada de madera (a la que Ahnvae llamaba despectivamente "Palo") la que los había guiado hasta allí: la vieron clavada en el suelo generando esos zarcillos de hiedra.
Se enfrentaron juntos a los cultistas y acabaron con la criatura astada tras un duro combate.

Volvieron al pueblo y se encontraron con muchos problemas: el burgomaestre huyó ante sus narices cuando iban a purificarlo por las llamas; tomaron el farol con el que descubrían si los visitantes eran malvados o no, y descubrieron que contenía la cabeza de San Cuthbert de Bors... Por otro lado descubrieron el modo en que se abastecía Walkenburgo...

En el sótano del ayuntamiento había un portal dibujado en la pared, con un pedestal con tres piedrecillas en una disposición no muy diferente al "tres en raya"; al manipularlas y colocarlas en formas diferentes se abría un portal a otro lugar. Es más, en una ocasión se abrió y de él surgieron varios golems que empujaban un vagón con comida y otros materiales necesarios. Dudaron en seguirlos, pero al final prefirieron esperar.
Lo más curioso es que al aparecer los golems todos los habitantes de Walkenburgo se quedaron anonadados mirando la luna llena, sin capacidad de reacción, y hubo como una sacudida en la Realidad que hizo ¡que varios habitantes muertos reaparecieran, como Heron!

Finalmente se enfrentaron a Strigoi los tres juntos, derrotándolo no sin dificultades; pero su muerto condenó al plano donde Walkenburgo estaba contenido: todo comenzó a quedar absorbido por el lugar de fallecimiento de Strigoi, como un gran tapón suelto que permitía que toda aquella realidad fuera succionada.

Escaparon, rescatando a cuantos pudieron, abriendo el portal a otros mundos bajo el sótano del ayuntamiento... Sin saber dónde estaban, exploraron el lugar.
Era como un nexo, un punto de forma circular con unas montañas altas que impedían salir de la circunferencia. En el medio exacto, un edifico enorme con varios pisos de altura y cuatro arcos (uno apuntando a cada punto cardinal. Poblado únicamente por golems (cada uno con uno de los cuatro símbolos que habían visto con anterioridad), la única función de éstos era cuidar del ganado, sembrar y recolectar todo tipo de cultivos de alrededor del edificio, y almacenar materiales. De este lugar partían regularmente cargamentos para Walkenburgo, y por lo que pudieron descubrir por un resucitado Heron había una "familia" por cada símbolo: Strigoi, Óphir, Draugr y Vrolok.

Esos cuatro habían sido siervos de Véndegor, el hechicero no-muerto, pero habían conseguido engañarlo y expulsarlo al plano de Faerun. Allí, según descubrieron, había engañado a los nezherinos con falsas promesas, y lo había adorado como a un dios. Pero un grupo de héroes, usando unos cristales especiales, había conseguido encerrarlo en la Tumba del Campo de Túmulos que el grupo, en su inocencia juvenil, había abierto por error.

Recuperar los cristales y derrotar a los antiguos secuaces de Véndegor iba de la mano, así que pusieron manos a la obra abriendo un nuevo portal aleatorio desde el "tres en raya" del Nexo: esta vez lo que se vislumbraba desde el portal era arena y calor. Sin dejarse vencer por las dudas, atravesaron.

(En esta tanda, a principios de abril, creo, pasamos de ACK a Symbaroum)