lunes, 19 de septiembre de 2016

El Arca y el Anciano (M:YZ)

"Si quien controla el pasado controla el futuro... ¿quien controla el presente controla el pasado?"


El Arca era el nombre que le dábamos, y no tenía otro. El Anciano nos había sacado del Refugio hace mucho porque no había papeo y el aire cada vez olía peor, y nos habíamos asentado justo encima, en unos túneles que comunicaban ciudades de los Antiguos. Estaba justo debajo del Suelo de Arriba, bajo una estación de tren. Era nuestro hogar.

El Arca
Allí Tarot, Nelson y Ford vivían como tres más de entre nosotros, pero llegaron a ser leyendas vivientes. Primero aniquilando a La Bestia (un enorme monstruo de cuatro patas y cuernos en la boca que rondaba el Suelo de Arriba matando a nuestros merodeadores), rondando por los edificios más altos, despistando incluso a los guls y trayendo el cadáver de aquel Sin-Párpados. O las historias de la Arena del Toro Rojo, donde los Sin-Párpados vivían esclavizando a otras Personas. O el cuento del Señor de Metal que vigilaba con ojos rojos y luces brillantes rondando por La Zona, en busca de algo y atormentando a los Sin-Párpados.
Arena del Toro Rojo
Habían ayudado al jefe Mohamin a construir la zona de cultivos en el Túnel Sur, y habían montado una taberna con lingotazos ante el vagón en el que vivían cerca del nodo de vías. Habían mirado con ojos entornados y ceños de duda al Templo al Espíritu de la Máquina que casi surgió solo a la sombra  de la aparición del Señor de Metal.
Señor de Metal
Habían defendido el Arca cuando los Sin-Párpados atacaron desde el Túnel Norte, el túnel de la jefe Marlotte. Incluso a pesar de la jefe Marlotte y de sus hombres. 

Un Sin-Párpados
Y al fin Tarot, el merodeador de seis patas, formó su propia banda con sus propias motivaciones, con Ford montando cacharros en el vagón común y Nelson partiendo las caras que hiciera falta. Hay quien dice que Tarot lo hacía todo por aquella chica esclava llamada Glorianna. La que era de la contrabandista Ígrit. Quién sabe.
Y habían encontrado al norte del Arca aquel artefacto de tecnología de los Antiguos en el que se podían ver imágenes en movimiento. 
Aquéllo y lo que en ella vieron, dicen los cronistas, detonó todo lo que vendría después.

Primeras Xornadas Warp

Entre el viernes 16 y el sábado 17 de septiembre se han desarrollado en Compostela las 1ªs Xornadas Warp, promovidas sobre todo por el aniversario de Star Trek y con gente de las asociaciones Draco de Coruña y 6d6 de Santiago.



El enclave elegido era el local sociocultural del Ensanche, en la zona nueva de Santiago; lugar amplio y acondicionado, pero quizás no el mejor de todos. En Compostela tenemos un problema de competencias, y suelen surgir cosas como ésta: el horario de mañana era de 10:30 a 13:30, y el de tarde de 17:30 a 20h, lo que dejaba un mediodía demasiado dilatado, pero que algunos supimos aprovechar en muy buena compañía.



Programa ambicioso, con múltiples actividades. Mucho ambiente futurista y luengas mesas llenas de miniaturas de naves espaciales y soldados servomotrices.

Pude jugar en mesa con mi hija el viernes por la tarde a Patchwork, Fantasma Blitz y Dobble (no hay mucha temática sci-fi para peques en mesa) y el sábado jugué a Star Trek-FATE por la mañana (partida un poco a trompicones, ya que el máster era el principal responsable del evento en cuanto a organización y se le veía con la cabeza a mil cosas) y por la tarde me descolgué de una partida de Walküre (pero dejando un reemplazo solvente en mi lugar) para poder jugar una muy interesante partida a un juegazo al que llevo meses queriéndole hincar el diente: Fall of Magic. La sesión a cuatro jugadores no hizo más que convencerme de que es un grandísimo juego con el grupo adecuado.

Lo mejor de estas jornadas fue ver por Compostela frikis por decenas (cosa rara todos juntos) y que en el sorteo del sábado le tocara a mi peque un juego de mesa. Y sobre todo conocer entre ensaladas, crepes, cañas y cafés un poco más a unos cuantos a los que tengo por buena gente y excelentes jugones.

Así da gusto.

Espero que vengan para quedarse y que se amplíe esta oferta en Compostela, que es una pena que la ciudad que conecta Galicia por el centro no tenga unas jornadas dignas que vertebren el Lluvioso Noroeste.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Artículo de opinión (opinión)

Me encanta leer eso en los artículos de opinión de la prensa. En plan "El mundo es una mierda (opinión)", o "Estamos rodeados de políticos sociópatas (opinión)". En plan "oye, que quede claro que lo que le pagamos por escribir a este tío y que luego decidimos publicar no tiene que ver con nosotros; son paranoias del pollo este". 

Por eso me gusta leer blogs personales. Porque lo que se escribe es genuino y cada uno es responsable de ello. Pero (no falla lo del "pero") mi gesto se tuerce y retuerce cuando leo opiniones postizas, opiniones que parecen postureo. Y me parece mentira que hayamos abandonado hace tanto el instituto y la facultad y que todavía tengamos que distinguirnos de los demás llevando la contraria. Que no vaya a ser que me confundan con hoi polloi y se me quite el aura de grandeza.

Ejemplo 1: ¡No te salgas de la Masa! 
Sí. Me ha pasado. "Yo sólo juego a D&D, lo demás ni lo miro". Me suena a "yo sólo me acuesto con gente de ojos azules". Pues vale.

Ejemplo 2: ¡Que no te relacionen con otras Masas!.
Sí. Me ha pasado. Varias veces. "No, nunca he jugado al RM, y nunca lo haría... Ni loco". Me suena a "yo nunca me acostaré con una persona de pelo rubio". Pues vale.

Ejemplo 3: ¡No te unas a la masa!
Sí. Me ha pasado. Muchas veces. Recientemente varias. "Sí, he visto Stranger Things y no es para tanto. Es más, me parece una mierda, un plagio de muchas ideas de los '80 envuelto en el homenaje de la nostalgia". Pues vale. Con Ready Player One, lo mismo. 

Con este último ejemplo acabé algo quemado. No me va la vida ni el sueldo en defender la obra de otros, pero los argumentos en contra que me daban eran un poco pueriles, un poco de crítico demagogo que dice que algo que una gran masa dice que mola, es para él un asco. Y rápidamente nos sueltan aquéllo de las moscas y la mierda... 

Como a mucha gente le gusta repetir estos días, los roleros somos una selecta minoría. Los de partida semanal como yo, una minoría aún más minoritaria y por lo visto en peligro de extinción. La llamada Edad Dorada se nos ha quedado en Edad de Aluminio. 

El caso es que parece que, por pocos que seamos, por mucho dorado, plateado o cerúleo en el que estemos, es imperativo que andemos a tortazos (¿debate? ¿qué es eso?) y que saquemos dados afilados a cada uno que nos lleve la contraria o nos mire distinto. Y lo tuyo es peor que lo mío. Durante el verano he visto bloqueos en facebook y google plus por auténticas chorradas; insultos baratos y salidas de tono en varios grupos... una pena.

Es con estas cosas cuando recuerdas que el aficionado de rol medio no es mejor ni peor que el ciudadano medio (y, con este país que tenemos, la media es la que es).

Volviendo al tema que me trajo, que es el Factor Nostalgia y todos los detractores de libros como Ready Player One o Armada, de videojuegos retro, de juegos de rol old-school o de series como Stranger Things, sólo puedo decir una cosa: la calidad no está reñida con la nostalgia.

Hay una escena de Ratatuille (desde que tengo a la peque estoy puesto en cine infantil) que me parece de lo mejor que hay (SPOILER): cuando el crítico Anton Ego prueba el ratatuille de Remy y sufre un inmediato flashback a su infancia, haciéndole recordar aquel plato que le hacía su madre cuando niño. La factura de esa obra culinaria le hacía recordar un tiempo donde todo era distinto, quizás mejor, en un retrotraimiento lleno de felicidad a momentos concretos en el tiempo.

Criticar Stranger Things diciendo que es un pasticho es como decir que ese plato de ratatuille y las sensaciones que le brinda al personaje son simplemente un guiso de verdura.

Sin faltar al respeto de nadie, pero intentando hacer ver mi opinión. Haciendo ver, también, que no todas las opiniones tienen el mismo valor. Su valor dependerá del que la da y del que la recibe.

Igual que dar oro al hambriento es ridículo, decir que Stranger Things o Armada encantará a alguien de 16 años es arriesgado. Igual que decir que el old-school derivado de D&D encantará a alguien que durante los '80 vivió RQ y RM. Por ejemplo.

No generalicemos.