"No te metas en asuntos de Dungeon Masters; son gente extraña y de cólera fácil"
lunes, 25 de abril de 2022
Forbidden Lands: Masacres
miércoles, 13 de abril de 2022
Forbidden Lands: Tratados
La reunión fue en la taberna.
Makug, el orco jefe dela Guardia, estaba sentado en uno de los taburetes con la luz de atardecer atravesando las decenas de banderas de plegaria y cayendo multicolor sobre los asistentes a la asamblea. Makug presentó a las facciones.
Estaba Uraz el joven, hijo de Uraz. Representaba a los Huesos Huecos, distinguibles por los pañuelos grises en el brazo izquierdo.
Por los Cuervos Negros no estaba el páter de la cima de la torre de Cuervo ("menos mal", pensó Ídril), sino un sacerdote medioelfo arrogante y altivo llamado Rámennor. Los pañuelos eran negros en su caso.
Unos con pañuelo rojo no tenían un líder claro. Eran los Sin Alma, un clan de ateos que renegaba de las religiones. Hablaron varios en su nombre.
La reunión se alargó durante un buen tiempo. Las diferentes facciones querían saber qué querían los Cuervos de Plata, qué ofrecían. Qué tenían para aportar a Lejano Vivend. Se habló del Sur, de los alderlanders que lanzaban asaltos. De los Hermanos de Herrumbre, de los Guardias de Hierro. De los grifos, de los demonios, de los tributos.
Los Cuervos de Plata expusieron que Zarakzán era suya, que las minas estaban limpias de esclavistas. Que las aldeas como las de Harick (donde devoraban carne de trasgo) habían sido purgadas de ello. Que Boldhome y Tyr Melián eran independientes y que mantendrían su independencia. Pero que las minas necesitaban trabajadores competentes.
Tras un pequeño debate en el que los Cuervos Negros se negaron a tratar con ellos, quedó claro que los Sin Alma estaban interesados (siempre que no se les intentara obligar a nada religioso), al igual que los Huesos Huecos... que no podían dar enteramente su palabra porque su verdadero líder (Uraz el basileo) no estaba presente. Pero su hijo se mostró interesado.
Se estrecharon manos como símbolo de acuerdo.
Al final de la propuesta apareció a la carrera un goblin... estaba aterrado. Su historia hubo de ser desentrañada, pero quedó clara: formaba parte de una patrulla que viajó al sur por la costa en dirección a los castros con los que Vorsinghall había perdido contacto comercial. El goblin, tras un par de pintas de cerveza y recuperar el aliento, explicó que los castros había sido atacados y los habitantes estaban masacrados en su mayoría. Nuestros héroes se miraron, relacionando el relato con lo ocurrido a los refugiados que habían aparecido en Tyr Melián y que ahora residían en Boldhome.
También aquí se habló de un dragón marino avistado por la costa cerca de las zonas atacadas.
Dragones Marinos |
Al día siguiente partirían ellos también al sur, para conocer de primera mano qué ocurría.