El grupo pudo escapar bajo la persecución de la República, pero el levantamiento del bloqueo sirvió para que pudieran aterrizar en ciudad Torque y avisar de lo que había pasado. Los mineros de Selitan pudieron finalmente lanzar un SOS, y la Némesis volvería rauda (aprovechando el impasse Imperio-República) para volver a por Mando y rescatar a quien pudieran.
Mando, parcialmente recuperado y acompañado por los dos chiss mandalorianos rescataron a la mayor cantidad de mineros que pudieron y los guiaron al exterior, donde plantaron una señal para la Némesis. Conseguirían llegar a tiempo, viendo desde la entrada a atmósfera una gran nube de niebla verde cubría el lugar donde había estado la entrada-túnel de los hangares a la ciudad subterránea de Selitan. Zeth Nux, hijo de Dathomir, la relacionó inmediatamente con los canopes que se rompieron en la pirámide-templo sith... quizá la magia de las Hermanas de la Noche había sido liberada.
Rescataron a los mineros y a los mandalorianos, y volvieron a toda velocidad a Torque.
Allí Mando y sus "hermanos" (recordemos que también eran de apellido Bastra) buscaron conocerse más y saber qué demonios hacían tres chiss en armadura mandaloriana. Conste que Badir y Essantha lo tenían claro: eran mandalorianos y Bárid debía unirse a ellos para destruir a sus enemigos.
Por otro lado teníamos a Zeth, Lucas y al joven Gar Garen, que había demostrado ser sensible a la Fuerza. Se decidió que había que presentarlo ante el maestro Skywalker en Yavin 4, pero antes habría que resolver el problema del impasse Imperio-República en órbita. Nawarah había intentado contactar con las dos facciones sin mucho avance, y los cruceros seguían en un duelo de miradas que podría acabar muy mal para Torque. Aquí es donde dieron el paso adelante: "Somos Zeth Nux y Lucas Thunderstruck, de la nueva Orden Jedi. Ofrecemos nuestra nave, la Némesis, como campo neutral para acordar los puntos de un alto el fuego y retirada honrosa a sus respectivos sistemas". Tras un tiempo prudencial ambas facciones accedieron. Quizá la curiosidad superó al belicismo ante esta inaudita oferta. ¿Había realmente una Orden Jedi restaurada?
En la tierra de nadie entre los cruceros en órbita a Torque la Némesis se puso en espera en equidistancia sincrónica a los navíos en liza. En ella sólo estaban Zeth, Lucas y Gar. En pequeñas lanzaderas que se acoplaron al carguero llegaron Shoan DeNau, un viejo cónsul que había servido a los intereses de la República desde los tiempos de Finis Valorum y la sorprendente vicealmirante Nesh'omul'slattiri, una esbelta mujer chiss (¿otro? aquello empezaba a ser exagerado; agradecieron que Mando se quedara en tierra con sus otros "hermanos").
Durante unas pocas horas hablaron con los dos representantes y debatieron sobre la posibilidad de una salida honorable sin que nadie perdiera la vida. La exposición de los representantes de la Orden Jedi fue lo suficientemente elocuente como para llegar a un trato: en un momento acordado todas las naves saltarían al hiperespacio y volverían a sus bases. Ambos lados así lo hicieron, pero varias dudas quedaban en el aire...¿Por qué había venido el Imperio en primera instancia? ¿Qué buscaba? ¿Por qué DeNau, con 5 naves sobre 3, había preferido retirarse? ¿Era cierto que las tropas republicanas carecían de la experiencia para enfrentarse a los imperiales, aún en superioridad numérica?
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