A mí me gustan los pjs con problemas mentales, con retorcidos
sentimientos internos de pulsiones constreñidas por un débil
acuerdo tácito con la sociedad. Los paladines, por ejemplo.
Me encantaría repetir el eterno cuento del paladín que llega a
antipaladín.
Había comenzado una campaña con Nacho a La Leyenda de los 5
Anillos, en el cual llevaba a una máquina de matar Dragón, que en
un duelo injusto había matado a un joven grulla que no se lo
merecía... y su espíritu me perseguía. Era un personaje, creo, muy
bien construido y bastante sólido, con muchas posibilidades...
Partidas jugadas: 1. Una pena. Me hubiera gustado seguir con un
personaje así de perjudicado, a ver si acababa redimiéndose o
loqueando a katanazo limpio.
Es que las partidas largas aka campañas con Nacho son complicadas. El truco es cambiar de juego y unas cuantas sesiones despues volver a la campaña con fuerzas renovadas.
ResponderEliminarNos pasaba mucho antes, lo de elegir el juego en base de "golpes". Si veíamos Piratas del Caribe, pues a jugar a piratas; que se hablaba de la nueva peli de Conan, pues a Conan. Peli de terror? Pues Cthulhu; Echaban Los Siete Samurais en la tele? Pues a L5A... A mí me sigue pasando, pero es como hacer una dieta: sabes que ahora tienes aquello en marcha y no se puede dejar. Y que conste que me encanta hacer fichas de personaje... pero jugar y ver un pj evolucionar (hablo de puntos, pero más de comportamiento y actitud), eso es impagable.
ResponderEliminar