Gracias al prisionero esclavista supieron que habría sobre 10 guardias en Zarakzán. La idea de un asalto era algo planteable. Peligroso, y más si había que contar con la gente de Boldhome (nadie del lugar era buen luchador; eran hombres armados sin formación).
En el pueblo estaban preparándose para las celebraciones del Día del Despertar, que marcaría el inicio del mes de Altaprimavera. Todos menos uno: Callus llevaba desde el ataque recuperándose de sus heridas. No era normal, puesto que Idril había curado con salmos las heridas peores. Por Hearda supieron que las heridas de Callus eran más del alma. Kurt intentó animarlo cuando fueron a visitarlo en su camastro en el piso superior del Viejo Molino, pero el viejo no estaba muy por participar en celebraciones.
A solas, Idril le dio una auténtica lección de responsabilidad y de asunción de méritos. Tal vez su hermano había fallecido y su pueblo había estado al borde de la destrucción... pero la mera presencia de Callus en el pueblo había dado coraje a sus vecinos. Y, además, toda la aventura de descubrirse a ellos mismos como Cuervos de Plata había surgido de las historias, leyendas y rumores que el viejo les había contado. Él había iniciado una chispa que ahora prendía sobre las tierras de Lejano Vivend. En palabras de Idril "Callus: TÚ eres Boldhome".
Tras un tiempo de deliberación decidieron ir al norte, a Zarakzán, en principio en una misión de incursión. Al ver de nuevo la nieve y las imponentes montañas de las Fauces de Frío los recuerdos volvieron. Kurt se acercó lo máximo posible al muro de rocas que cerraba por la parte ancha el terreno en forma de V invertida acceso a la mina. Pudo ver desde un escondrijo que los guardias eran pocos y los esclavos unos cuantos. Idril decidió practicar sus nuevas capacidades para urdir la magia (aprendidas de la tablilla negra que había encontrado en Colinas Rojas): una niebla densa cubrió el terreno, y el medioelfo facilitó al wolfkin y al elfo saltar el muro sin ser vistos, eliminando a un guardia en el proceso.
Una vez dentro los guardias empezaron a llamarse unos a otros, pero ninguno dio muestras excesivas de incomodidad ante la niebla... parecía algo habitual. Kurt lanzó sus flechas y Tháendan descargó su Espada Rota contra los esclavistas. Idril lanzó un atronador grito sobre ellos también. Dejaron a 4 muertos y a uno herido.
Entre los moribundos se encontraba Darru, "el jefe"... La hoja de sílex le abrió una profunda herida en el muslo. El sureño maldecía incrédulo por haber caído en una emboscada tan sencilla. O, tal vez, era que los enemigos a los que se enfrentaba eran muy superiores a lo que conocía hasta ahora.
Esos enemigos eran héroes de Lejano Vivend. Cuervos de Plata. Dudo que ellos mismos se lo creyeran realmente.
Pusieron sus sentidos en alerta, porque en el interior de la mina se apreciaban gritos y sonido de lucha contra algo... quizá gusanos gigantes. Los guardias solían apaciguarlos dándoles esclavos moribundos para cenar... Los tres amigos se estremecieron antes de buscar la manera de entrar y eliminar a los guardias restantes, y salvar al mayor número de esclavos posible.
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