Ninguna. Estamos en Galicia... aquí sólo se puede comer bien.
Normalmente hacíamos cena de lo que hubiera en casa (solo pedimos a
domicilio una o dos veces con mi anterior grupo; con los de ahora
nunca). Ahora siempre tenemos unos emparedados de pavo y serrano,
patatas fritas y frutos secos salados para empezar y dulces para el
café. Digamos que el grupo cena así. A veces somos víctimas del
enfrentamiento culinario entre mi madre y mi tía, con intercambio de
galletas, bizcochos y otros dulces. Como vivo casi pegado a mi madre,
nos dan los excedentes de las batallas, para regocijo de la mesa de
juego.
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