Pregunta 10: Las relaciones principales de Highdell son con Trimaz por su capacidad de atraer aventureros machacados a sus termas y Silvouta, una villa pequeña pero que recibe flujo continuo de exploradores que buscan objetos en la Torre Flotante del Mago Malvado de Villestro (el bosque maldito pegado a Silvouta).
Por otro lado están los ocasionales locos que, entregando todas sus riquezas, se instalan a veces por docenas en los aledaños del templo del farallón de cuando en cuando. Son gente que, en un momento dado, salvó la vida gracias a una ofrenda (o eso creen) al dios allí custodiado. El caso es que la cabeza les da una vuelta, regalan todas sus pertenencias y, al grito de "paz y amor", tejen coronas de flores, van descalzos y visten harapos. De un día para otro montan conciertos, sesiones de relajación y meditación y preparan comida vegetariana. El Viejo Ciego Harapiento que Casi Nunca Habla no dice nada, pero se le ve en la cara que está hasta su larga nariz de todos ellos. Claro está, a los pocos días de llegar deciden largarse, ya que no tienen medios de subsistencia y en el farallón hace un frío tremendo y cuando llueve y ventea parece que vas a salir volando. Pero como comunidad variable y autorrenovable tiene su gracia, al menos las dos o tres veces que aparecen al año.
En cuanto al resto (reinos vecinos, Minas de Enano y Bosques élficos), pues miran hacia Highdell con una mezcla de suspicacia, tranquilidad y asombro. Hay que recordar que el Gremio de Viudas de Héroes impide que Highdell ataque a otras comunidades (son contrarias a la guerra en general, a no ser que sea contra invasores orcos, trolls de las montañas o un ocasional dragón recién despierto) y el alto número de aventureros en la villa de signo, raza y clases dispares hacen que sea más un lugar de encuentro que una comunidad peligrosa o amenazante para los demás.
Eso sí: cualquier aventurero que pase un par de días en la zona de Highdell coge tanto cariño al lugar (hay reyes que empezaron desrratizando la Posada de Edna con una miserable espada oxidada y una armadura de pieles, grandes magos viajando entre planos que compraron su primer libro de magia en la Plaza de los Milagros y los Portentos, y tantos paladines que deben varias vidas al Dios del Templo del Farallón) que se jugaría el cuello por defender a su pintoresca gente, sus extrañas calles y su modo de vida extraordinario.
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