MacAllan había sido uno de esos "true detectives". Pero había indagado donde no debía y las posibilidades habían pasado incluso por su muerte... pero todo se había quedado en un puesto de patrullero.
Sabía cosas y sabía a quién contarlas sin que sus rodillas peligraran. Uno era Kuro Kwon. Kuro Kwon, antes. Ahora era mejor que no le contara nada.
Kuro y Chuck decidieron hacer algo, dar un ejemplo. Se enteraron de la existencia de un tal Gregory Kurt, sargento corrupto del distrito 13... mandaba más que el capitán. Tras un elaborado plan consiguieron emboscarlo en un párking y meterlo en un maletero.
No pararon el coche hasta llegar a Sandy Creek, al oeste de la ciudad: un polígono industrial fallido casi en el medio del desierto. Allí, en una fábrica de ollas abandonada, sacaron a Kurt y le pusieron las cosas claras. Chuck, o mejor dicho, Calavera, acojonó de tal forma al pobre diablo con su puesta en escena que tendría pesadillas hasta el Día del Juicio. Para rematar la faena Kuro le cortó los tendones de Aquiles...
Al día siguiente el pobre diablo presentó la baja del cuerpo y, por lo que se sabe, estaba dispuesto a involucrar a varios agentes en cargos que iban desde la extorsión hasta colaboración con banda criminal.
Poco a poco, pensaron. Poco a poco.
Sabía cosas y sabía a quién contarlas sin que sus rodillas peligraran. Uno era Kuro Kwon. Kuro Kwon, antes. Ahora era mejor que no le contara nada.
Kuro y Chuck decidieron hacer algo, dar un ejemplo. Se enteraron de la existencia de un tal Gregory Kurt, sargento corrupto del distrito 13... mandaba más que el capitán. Tras un elaborado plan consiguieron emboscarlo en un párking y meterlo en un maletero.
No pararon el coche hasta llegar a Sandy Creek, al oeste de la ciudad: un polígono industrial fallido casi en el medio del desierto. Allí, en una fábrica de ollas abandonada, sacaron a Kurt y le pusieron las cosas claras. Chuck, o mejor dicho, Calavera, acojonó de tal forma al pobre diablo con su puesta en escena que tendría pesadillas hasta el Día del Juicio. Para rematar la faena Kuro le cortó los tendones de Aquiles...
Al día siguiente el pobre diablo presentó la baja del cuerpo y, por lo que se sabe, estaba dispuesto a involucrar a varios agentes en cargos que iban desde la extorsión hasta colaboración con banda criminal.
Poco a poco, pensaron. Poco a poco.
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