Los cuatro iban rumbo a Nothva Rhaglaw, al noroeste del Bosque de los Trolls.
Detectaron un rastro de orcos, y resolvieron cazarlos.
No tardaron en llegar a cierta torre en ruinas, lugar en donde decidieron acampar. El grupo de orcos había tenido la misma idea, y el encuentro y enfrentamiento fue inevitable. Los orcos, sitiados en las ruinas, llegaron a ofrecer tesoro por sus vidas, pero los montaraces fueron implacables.
Pero algún orco logró escapar. Corrieron a través del yermo durante horas rumbo norte para darle caza... El orco iba hacia un bosquecillo donde, supusieron, se creería a salvo.
Los confiados montaraces no pensaban que el orco tenía una cita con sus superiores, orcos altos y robustos del Monte Gundabad, o quizá del Sur.
Los dúnedain atacaron con fiereza, emboscando a los orcos, matando a cuantos pudieron, pero Feagorn (el novato), fue herido. Pronto descubrieron que la herida estaba emponzoñada... y que estaban en una zona donde las hierbas no abundaban.
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