Se levantaron temprano para poder salir del bosque con día. Kurt guiaba, e Ídril aprovechó para apañar algunas de esas castañas de Aurakal que tan bien le habían venido en la otra ocasión: ¡alimento para un día!
Regresaron esta vez buscando la ruta hacia Boldhome, porque querían reunir más información sobre cierta caravana que vendría del sur (del pueblo de Ribadelya) con esclavos y alimentos. Su plan era emboscarla y tomar lo que en ella hubiera. Serí bueno contrastar datos con Callus y demás gente. En la distancia vieron ya las humeantes chimeneas de la aldea, elevadas sobre la empalizada. Pero percibieron algo extraño: el huma de una de ellas (tal vez la del Molino Viejo) era de un gris diferente... incluso en la luz del ascenso del sol matutino se adivinaban brillos en ese humo.
Evell, en Tyr Melián. les había contado dos noches atrás que en Boldhome se usaba una hierba para señalar alarma: se secaba, se machacaba y, al echarla al fuego, añadía matices brillantes que no llamaban la atención del lego, pero que ponían sobre aviso al que estaba alerta sobre el asunto.
Recordando ésto, Ídril recomendó cautela. Se acercaron furtivos a la empalizada y se ayudaron a salvar y poder asomarse sobre los casi tres metros de empalizada. Kurt, más ligero, se subió sobre Tháendan, de dos metros y muy robusto.
Al otro lado vio el interior del pueblo. Boldhome tiene forma de llave, con un cuerpo circular por el lado oeste (lo que sería la medalla de la llave) con un pozo central rodeado de varias casas, y una línea de camino hacia el este (la pluma de la llave) jalonada de edificios hasta el Viejo Molino y el puente de entrada, que mira al este hacia Tyr Melián.
La entrada este o del puente, con el río al sur |
Pensaron rápido un plan, y se dirigieron al este rodeando por el norte (al sur está el río), hacia la única entrada del pueblo: el puente. Allí un par de muchachos armados con varas les impedían el paso. Era peligroso, los de Herrumbre matarían a sus familias si permitían que ellos se presentaban en el pueblo. Al final, de un modo u otro, pasaron. El plan era Kurt al norte con su arco entre las casas, Tháendan al sur también escondido hasta el momento de cargar hacia el pozo. Ídril, con su túnica y su máscara de cuervo avanzaría por la calle principal hacia el oeste hasta encontrarse con la gente en el pozo también.
Boldhome |
La flecha de Kurt casi impactó entre el yelmo y la malla de hierro del Guardia, que se llevó una mano al cuello y otra a la espada. Tháendan desenvainó la espada rota, e impactó de lleno contra el flanco del ya herido Guardia, derribándolo. El choque de voluntades de Ídril y el Hermano se resolvió cuando éste último gritó y cuatro brazos (dos de ellos armados con espadas cortas) asomaron bajo su enorme capa... "¡cosas de demonios!" exclamó el medioelfo.
Herrumbre da a los Hermanos extrañas habilidades |
El combate continuó con el Guardia desangrándose en el suelo, intentado volver al combate; Tháendan y Kurt centrándose en el Hermano, mientras Ídril (de constitución más frágil y menos dado al combate físico) intentaba cubrirse de los ataques como podía. Callus, el líder de facto de Boldhome, se alzaría empuñando una daga entre la espantada gente del pueblo que intentaba refugiarse en sus hogares. Los ataques combinados acabarían con el Hermano en el suelo apuñalado y con flechas en su espalda.
El nervioso grifo, que llevaba todo el rato intentando librarse de las riendas para huir del lugar, logró romper las tiras de cuero e inició el vuelo... pero Kurt el wolfkin no lo permitiría, y un muy preciso disparo entraría con la tripa de la criatura que, renqueante, descendería a tierra de nuevo entre el grupo de combatientes. Tháendan e Ídril no se esperaban demasiado la llegada de este nuevo enemigo, que lanzaba garrazos a diestra y siniestra con sus patas delanteras de águila.
De poco le sirvieron, pues la destreza del elfo con la espada (capaz de sortear la armadura de su rival) y del wolfkin con el arco (muy hábil en buscar el lugar preciso para dañar a sus blancos) fueron letales en cuestión de pocos segundos.
Cuando todo terminó en la plaza del pozo sólo estaban ellos, Callus y los cadáveres de los dos siervos de Herrumbre y del grifo manchando de sangre la piedra del suelo. Sin aliento, se miraron unos a otros.
Habría que valorar qué demonios significaría esta acción en su devenir.
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