Si un colega se me acerca y me dice que ha jugado sin una sola tirada lo primero preguntaré: "y qué tal lo pasásteis? ¿Fue divertido?".
Si me dice que sí, entonces para mí es un gran mérito. Si me dice que no, pues habrá que buscar dónde están los fallos para que no fuera divertido.
Yo he jugado bastantes partidas con sistema casi sin tirar dados (Vampiro, por ejemplo, donde casi no hacíamos tiradas). Por otro lado he jugado también partidas sin sistema, es decir, estar varios alrededor de la mesa de una cafetería y alguien pregunta "pero eso de los juegos de rol ¿cómo es?" y contestas "pues imagínate que estás en una cabaña y...", y sigues con una hora de narración compartida donde las acciones las resuelve el máster siguiendo su instinto. De estas he jugado en cafeterías, en pisos de estudiante a las 4 de la mañana, en jornadas de Rol...
Soy firme defensor de que lo más importante de los juegos de rol es que son juegos, y como juegos DEBEN divertir. Son para disfrutar y pasarlo bien en última instancia. Imponer reglas por encima de la diversión creo que es un gran defecto, y saber dirigir una partida sabiendo saltar ciertas reglas para que la experiencia sea lúdica, un gran mérito.
Y ojo que no hablo de hacer trampas. Hablo de adaptación al medio y, por tanto, de inteligencia.
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