En segundo de BUP, con 15 años, se nos daba a dos colegas y a mí
por seguir una campaña en los recreos en agónicas sesiones de 25' de MERP. Era
raro para los demás, pero nosotros lo pasábamos genial (seguimos en 3º y COU). Bien, pues
la profesora de Lingua Galega de ese momento tuvo la idea de hacernos
exponer un tema, el que quisiéramos, durante unos 15 minutos.
Y elegí los juegos de rol. A tomar por culo.
Varios de clase ya nos habían visto (y oído) en acción y tenían
curiosidad, así que tenía al público ganado... hasta que empecé a
explicar cómo iba la cosa. Intenté ser bastante claro, exponiendo
más o menos la idea base de lo que es una sesión de juego después
de hablar un poco de orígenes e historia. Y bufff. El grupo (2ºE,
1992-3, del Rosalía de Castro de Santiago) era de lo peor del
instituto en cuanto a comportamiento, repetidores y demás; pero
conseguí que no dijeran ni mú en 15 minutos. Los tuve anonadados.
Algunos creo que no daban crédito. Cuando acabé, después de
enseñar varios dados y esperar preguntas, lo primero que me dijo la
profesora fue que la exposición, bien... pero que no acababa de
entender bien el asunto. Esteban, un repetidor con el que me llevaba
bastante bien lo dijo más claro: “manda carallo, no m'enterao de
nada”.
Lo peor fue al año siguiente, el curso '93-4, que fue cuando mataron
a Carlos Moreno. Ahí tuve que sacar algunos críticos en las tiradas
de intimidación. En fin...
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