domingo, 25 de febrero de 2024

Los Angeles, Noviembre 2025

Hacía dos años del Apagón y la sociedad todavía no se había habituado a su nuevo estilo de vida. Los cazarrecompensas llamados "blade runners", agentes libres pagados por el LAPD, estaban ante un nuevo paradigma: formar parte de facto del propio departamento.

Los Nexus-6 estaban extintos, pero los Nexus-8 seguían en la Tierra, libres pero esclavos de sus propias limitaciones. A un test Void-Kampff de ser descubiertos. No podían darse el lujo de llamar la atención, ser detectados, ser interrogados y, finalmente, ser retirados.


Los Angeles, noviembre 2025


Jackson Creed tenía una vida fácil porque tenía un trabajo fácil. Su incipiente barriga daba fe de ello. Repasar archivos, reabrir casos, estudiarlos a fondo, enviarlos al departamento correspondiente si aparecía algún hilo de que tirar. Llevaba asignado al archivo desde 2019, después de aquello ocurrido con el Bus Lunar y los replicantes cazados y masacrados en el Kipple. Aquello le había pasado factura por dentro y había preferido dejar su puesto de blade runner y ser contratado por el LAPD a tiempo completo. 

Jackson Creed (imagen antigua de expediente)

Pero ver entrar en su planta de archivo resollando a Dave "Pulmón de Hierro" Holden aquella mañana de noviembre del 2025 no le dio lo que decían los surfistas de su niñez "buena onda".

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Magnus Novak había servido en el ejército unos años. Era joven todavía (unos 22) y creía posible seguir una carrera en su ciudad natal: Los Angeles. Después de licenciarse con honores tuvo un fácil acceso en el LAPD dadas sus aptitudes y actitud, empezando a patrullar hace cerca de un año. Sirvió en el Apagón y cumplió con su parte, sin cuestionar órdenes y cumpliendo a rajatabla con aquello de "proteger y servir".

Hasta hace un par de semanas. El spinner patrulla en el que estaban apurando unos tallarines servía como disuasión a cualquiera que quisiera liarla en uno de los mercados al aire libre del sector 5. Vincent Harland, el veterano patrullero que supervisaba a Novak salió a tirar los embalajes de comida y recibió un disparo en el hombro, girando sobre sí mismo y yéndose al suelo. Magnus salió disparado del spinner, y vio correr a dos tipos en persecución. Harland estaba herido pero le gritó a Novak que saliera corriendo a por aquellos dos.

Magnus Novak (ficha LAPD)

Novak obedeció, no sin antes solicitar una ambulancia y apoyo por radio, y alcanzó pronto al que iba detrás a la carrera, que le gritó que era un blade runner y que perseguía a un pellejudo. Conociendo las calles, Novak cortó por un callejón y adelantó al replicante, que se vio atrapado entre el patrullero y el blade runner. El fornido individuo bajó los brazos y pareció rendirse, pero estaba más preparado para ser retirado que para entregarse. El blade runner apuntó desde lejos, pero Novak se puso en la línea de fuego para forzar la rendición. No quería abrir fuego a la ligera. Proteger y servir. Además, ¿cómo estar seguro de que era un replicante y que el tipo armado era quien decía ser? Novak amenazó, pero su objetivo se negó a rendirse, diciendo que había visto demasiado como para ahora entregarlo todo. Su rostro era el de alguien que ha perdido y lo sabe, pero que no le vale rendirse. El sospechoso saltó de manera sobrehumana por encima de un metrobús urbano cayendo al otro lado del mismo de pie, creando así una cobertura contra los dos policías. Pero Novak era muy rápido, y logró rodear el vehículo antes de que el sospechoso huyera. Abrió fuego y lo abatió. 

El blade runner llegó segundos después, alabó su pericia y dijo desear tener compañeros como él en la Unidad de Detección de Replicantes (RDU); luego conectó su KIA para contactar con la central. Retirada rutinaria de un replicante. Pero Novak, volviendo con su compañero, que ya estaba recibiendo asistencia médica, no podía evitar pensar de dónde salió el disparo que tumbó a Harland. El replicante no tenía armas, y tras varios minutos dando vueltas fue incapaz de encontrar ningún casquillo.

El blade runner, de nombre Karl Hays, llevaba su revólver PK-D 5223. Los revólveres no sueltan casquillos al disparar. Novak comentó lo de un posible "segundo tirador" y Hays torció el gesto en una fea sonrisa. "Son cosas que pasan, novato; seguro que el pellejudo tiró el arma por ahí en una alcantarilla cuando tú recortaste por el callejón. Quizá no aparezca nunca".

Al par de días, con su compañero en el hospital recuperándose y él mismo asignado a una nueva patrulla, Novak recibió una orden de cambio de unidad: acababa de ser reasignado (y ascendido) a la RDU. 

(Nota del máster: Se nota que Novak jugó una partida en solitario antes de iniciar la campaña)

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Alice Munro nació y creció en Los Angeles hace unos 25 años. Estudiante brillante, obtuvo diversas becas que le permitieron acceder a UCLA y obtener varios títulos con los que, finalmente y gracias a una pasional carta de motivación al LAPD, obtener una entrevista para entrar en el cuerpo.

Su familia desapareció en el Apagón hace 2 años. La de su vecina y amiga Allison Monroe también. Y quiere saber por qué.

Ha aprendido sobre la tecnología actual todo lo que hay que saber, y quiere usar los medios del departamento para resolver su caso mientras ayuda a resolver todo lo demás. El tema es que, ahora, tiene acceso a... lo que sea. Ya es parte del LAPD.

Alice Munro (imagen ESPER reciente)